Aunque llegue tarde
Este proyecto nace de la necesidad de una despedida pendiente.
El confinamiento nos ha puesto en la cara lo importante e imprescindible que es el decir adiós, desde la cercanía.
Tocándonos o mirándonos a los ojos. Cerrar para seguir avanzando.
Pero y ¿Qué pasaba antes? Quizás entonces no le habíamos dado tanto importancia porque nadie nos los había prohibido. Porque ninguna pandemia amenazaba. Y entonces los abuelos estaban ahí, es sus casas o en residencias y el ritmo frenético de la vida nos hacía olvidarnos de ellos. Y entonces, un día recibimos una llamada de que ya no están. Se han ido.
Mi abuela se fue el mismo día que yo tenía una representación teatral. No estuve en su entierro, ni en su funeral, tampoco los días previos a su marcha, porque se fue de repente.
A ella le encantaba verme en el periódico. Nada le hubiera hecho más feliz que poder decir que su nieta salía en le tele. Esto último, nunca pudo ser. Por eso, mi homenaje particular.
A ella, a todos los secretos que me contaba. Incluso a los que me repitió 200 veces. Yo me reconozco en mis dos abuelas, ellas han sido parte de mi y en mi queda parte de ellas. Aunque llegue tarde es un homenaje a ellas dos.